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HUELLAS DE MI BARRIO

 Mapa de la ciudad de Cali visto desde el oriente, donde se señalan las iniciativas artísticas y culturales que conforman el proyecto editorial “Huellas de mi Barrio”.

AÑO: 2019

Investigación, sistematización, escritura de contenidos, ilustración,  diseño y diagramación

Huellas de mi Barrio fue un proceso de investigación que incluyó entrevistas, la consulta de directorios culturales de la Secretaría de Cultura y sesiones de taller con los equipos de Mi Comunidad es Escuela, programa de la Alcaldía de Cali. A partir de este trabajo se realizó la sistematización y creación de contenidos que dieron origen a una herramienta compuesta por tres piezas impresas: un mapa expandible de iniciativas artísticas y culturales de la ciudad, una selección de iniciativas destacadas por su trayectoria y gestión comunitaria, y un cajón de herramientas para la gestión cultural desde y para los territorios.

Huellas de mi Barrio invita a recorrer los caminos que dejaron las artes y la cultura en Cali. En esta segunda entrega, compartimos algunas experiencias significativas de Mi Comunidad Es Escuela desde Las Artes y La Cultura, que siguen marcando el territorio con su fuerza creativa y comunitaria.

Iniciativas dejando huella

Poesía al megáfono LBGTI Trans

En el Parque Longitudinal del Río El Poblado, los papeles de Pasión Cuzqueña ( Jonha Jonh Campo) se mecen con el viento. Sobre el suelo, frases, colores y un gran megáfono azul invitan a imaginar la transformación. Cambiar imaginarios para respetar lo diferente”, dice una voz al aire. Así nacen las jornadas de Poesía al Megáfono LGBTI Trans: encuentros donde el corazón habla directo, lleno de diversidad y dignidad, por el derecho a existir.Pasión se reconoce transformista y pregunta: “¿saben qué significa ser transformista?”. Alguien responde con otra pregunta: “¿usted es así?”. Ella sonríe. Su presencia reafirma la libertad de habitar la calle. Travestirse en el espacio público es un acto de empoderamiento”, repite, “es habitar desde nuestras realidades y sentires”. Desde los 14 años, Pasión encontró en la poesía una forma de reflexión y comunicación. Ha hecho parte del Laboratorio Poiesis, la FundaciónTwiggy y otras iniciativas que visibilizan la experiencia trans. Su voz en el megáfono invita a mirar distinto, a reconocer la potencia de lo colectivo.Su trayectoria atraviesa la poesía, las artes plásticas, el performance y la escena drag. En cada expresión, la autogestión y el trabajo colaborativo se vuelven refugio, encuentro y vida.

Cecucol: 30 años de legado

Bernarda Pavón habla de su trabajo con un nosotros que suena a familia. “Con los otros podemos transformar. Yo sola no puedo”, dice, resumiendo el espíritu que ha guiado más de tres décadas de labor en los barrios Los Chorros, Las Minas, Las Veraneras, el Salón Azul y La Buitrera.
El Centro Cultural Comunitario de la Colina – CECUCOL es fruto de muchas manos y generaciones que han crecido respirando afecto, libertad, identidad y memoria. Su raíz es clara: construir comunidad desde la educación contextualizada, las artes, la cultura, la soberanía alimentaria y la defensa de los derechos humanos.
Nació como un grupo que buscaba alternativas donde las oportunidades escaseaban. Con el tiempo, se transformó en una fundación que ha hecho del arte una herramienta de vida y de paz.
“El arte y la cultura son para construir vida, conciencia colectiva y política”, afirma Bernarda.
En huertas, aulas y escenarios, CECUCOL ha sembrado autonomía. Jóvenes como Helen, de 14 años, lo confirman:
“El aporte que me han dejado a mí y a mi comunidad es defender lo nuestro, defender los derechos humanos”.
Entre empanadas, sancochos y rifas, la autogestión sigue siendo su forma de resistir y celebrar. Treinta años después, su llamado persiste: fortalecer los procesos de base que ya florecen en los barrios.

Biblioguetto: Lo que la calle cuenta

En el barrio Petecuy, los murales cuentan historias que antes se oían solo en voz baja. En el puente arcoíris, Pablo Vitto pintó un homenaje al color de la calle, y Gustavo Gutiérrez lo resume así:
“Este mural es de los más bonitos porque simboliza el trabajo en comunidad”.
Así nació Biblioghetto, un proyecto que transforma el miedo en lectura y el espacio público en arte. En La Calle del Color, los murales y el cine comunitario se volvieron estrategias de vida:
“Allí no se volvió a ver ninguna actividad delictiva. El delito fue desplazado por el arte”, dice Gustavo.
Petecuy, marcado por el desplazamiento y la violencia, halló en la palabra una forma de sanar. De ese proceso surgió Felipe Bedoya, hoy promotor de lectura: “Yo era un pelado que nunca cogía un libro, pero este proceso me ayudó a salir adelante y a confiar en mí”.
Con el apoyo de líderes y promotores, Biblioghetto sigue creciendo. Sueñan con una biblioteca pública comunitaria y una ruta de turismo barrial que mantenga viva la fuerza del arte como forma de encuentro y resistencia.

Oriente Estéreo

En el barrio Marroquín, una casa se distingue por su letrero: “Oriente Estéreo”. Esta emisora comunitaria, la primera legalmente constituida del oriente de Cali, nació del deseo de cambiar la imagen negativa del territorio y visibilizar el talento juvenil.
Desde 1996, la Asociación Red Cultural ha sido su raíz y sustento. A pesar de perder su primera sede y resistir un atentado en 2012, Oriente Estéreo sigue viva gracias al esfuerzo colectivo, los préstamos familiares y la venta de comida. Hoy programas como Las comadres de la radio o Las chicas comunicativas amplifican las voces de mujeres, jóvenes y niñas del oriente caleño.
Para muchos, la emisora ha sido escuela y refugio. “He aprendido a respetar, a cuidar la emisora y a escuchar”, dice Wilfredo, uno de los niños que crece con la radio. Su influencia se siente en las comunas 13, 14 y 21, donde fomenta la convivencia, el estudio y la creatividad.
Ahora, la Asociación Cultural y Oriente Estéreo se preparan para participar en la XIX versión de La Feria de las Culturas, reafirmando su apuesta por la paz, los saberes y la fuerza transformadora del arte y la comunicación popular.

TUCA: Teatro Universal de Cali

Mientras el barrio se aquieta al caer la tarde, en El TUCA comienzan los ensayos. Desde 1979, cuando los hermanos Harold Zapata y Carlos Marino reunieron a un grupo de soñadores para hacer teatro independiente, este espacio ha mantenido viva la formación actoral y el amor por la escena.

Durante más de cuatro décadas, el TUCA ha sido escuela, familia y resistencia. Aquí se aprendió “a punta de montar obras complicadas”, explorando desde lo clásico hasta lo contemporáneo, y construyendo un público propio. Los intercambios con otros grupos, la creación de dramaturgias como Empobrecimiento ilícito y Cunanfandín, y la disciplina de sus integrantes han garantizado su permanencia.

“Uno tiene sus obligaciones, pero la pasión es mi TUCA”, dice Harbey Masera. Para Harold, su fundador, el teatro es una forma sensible y estética de luchar: “No podemos ser utópicos; el arte debe comprometerse con el cambio”.

En las tablas del TUCA se ha hecho historia: 40 años de trabajo colectivo donde el teatro se convierte en pensamiento y esperanza.

Evolución Cultural

Entre cajas, retazos de tela y el deseo de bailar, en 1980 Gilardo Caicedo reunió a un grupo de niños en el antejardín de su casa: así nació Camino a la Cultura, semilla de lo que hoy es la Fundación Evolución Cultural. Lo que empezó como un hobby se transformó en un compromiso por la danza y la comunidad. Desde sus inicios con ritmos folclóricos del Pacífico, los Andes y el Atlántico, el grupo creció hasta convertirse en academia, integrando ballet, jazz y salsa. Hoy, jóvenes de los barrios Los Lagos y La Paz continúan esta tradición, fusionando folclor, hip-hop y salsa como formas de libertad y expresión. Gilardo celebra que muchos de sus bailarines hoy viven de la danza en otros países, y que este arte ha cambiado vidas, impulsando nuevas relaciones y sueños profesionales. Recuerda los años 80, cuando bailaban sin reconocimiento, y reconoce que hoy la danza ha ganado un lugar en las políticas culturales gracias a la perseverancia de quienes, como él, han hecho del movimiento un camino de transformación.